miércoles, 19 de mayo de 2010

Mi realidad paralela

¿En qué momento decidí mi futuro?
¿Cuándo me inventé eso de que tenía vocación?
¿Qué me empujo a consagrar mi vida a esto?

En estas épocas de agobio infernal, cuando soy incapaz de mirar más allá de libracos de 500 páginas y montañas de apuntes, me pregunto qué fue lo que me impulsó a dedicarme a esto hace ahora cuatro años.
Recuerdo aquellos meses de incertidumbre, de listas de notas de corte, de pros y contras, de posibilidades, de nervios y tengo algunas imágenes de mí misma dándole vueltas al asunto, hablando con unos y otros, pero no recuerdo el día en que tome la decisión de lo que iba a hacer el resto de mi vida.
Curioso, ¿no? Ese momento debería guardarse para poder evocarlo con cada logro, con cada fracaso, al menos hasta el día de tu jubilación, puesto que fue el que marcó tu camino, en definitiva.

La siguiente imagen que tengo es la de un viaje en autobús a buscar alojamiento y mi flechazo absoluto por lo que esta ciudad me iba a ofrecer.

Hoy, tanto tiempo después, me gustaría hablar con mi yo del pasado y decirle cuatro cosas.
Hoy, comparo mi felicidad planificando campamentos, buscando actividades, haciendo proyectos de lo que se supone que es un hobby con mi frustración absoluta ante listados de inutilidades a memorizar y me planteo si hice bien.

Me cuestiono más que nunca qué hubiera sido de mí si miles de datos no hubieran tratado de acabar con mi creatividad, y si yo, que me digo científica, hubiera encaminado mis pasos hacia disciplinas que me aportaran algo más que complejo de disco duro (permitiéndome, ya de paso, vivir un poquito más).

Me contesto aludiendo a mis momentos de felicidad con la bata blanca puesta, al orgullo de saber de qué hablan cuando hablan los que saben, a que en el fondo sé de sobra que conocer cómo funcionan las cosas me hace encontrar un poquito de sentido a la vida.
Y aunque, en ocasiones, pienso cómo sería ahora la I&I maestra, pedagoga, educadora o animadora de profesión, en absoluto me arrepiento de aquella decisión,

Después, miro al futuro y lo veo tan incierto, miro al presente y lo veo tan negro que miro al posible verano rodeada de renacuajos... y sonrío.




[d(uIu)b Sonando: The end of maiden trip, The Sunday Drivers (sin entrada por los pelos, jo =( )]

2 comentarios:

  1. En las carreras científicas creo que es bastante general que la gente sienta que ha perdido o que nunca ha encontrado su vocación. Pero tranqui! la vida da muchas vueltas y con los años se van perfilando las opciones, escogiendo los caminos, y quién sabe? estás a tiempo de ser una brillante investigadora que encuentre la vacuna del sida, o la animadora más cachonda del universo. O, probablemente, LAS DOS COSAS A LA VEZ.

    Tener el corazón dividido muestra sólo una cosa: las ganas de vivir!

    Besitos...

    ResponderEliminar
  2. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar