jueves, 14 de octubre de 2010

Otoño

El otoño es una estación rara.

Me gusta el frío, me gusta taparme hasta las orejas y bajar las cuestas con la bici viendo las nubes difusas e intangibles, adoro los cielos de esta época.
Me gusta la lluvia tras el cristal.
Me encantan los colores del otoño, los mantos que cubren el suelo desprendiendo ese olor tan característico; me evocan a mi infancia y, por extensión, a todos los niños del mundo haciendo murales de hojas.

Pero en este lugar sin término medio, no hay estaciones.
Los días son ya tan cortos que parece que jamás fue verano y que nunca volverá a serlo.

Y echo de menos la luz.
Mi cuerpo pide melatonina a gritos.
Todo vestigio de moreno estival ha muerto y la piel vuelve a su palidez característica, rozando casi el amarillo.
Sin luz no hay energía, y sin energía el alma se vuelve incierta como los días, triste.
No apetecen festejos, no suenan trompetas, sólo armónicas y pianos pintan de gris las semanas, los meses.


Mi corazón se llena con la belleza de los campos, pero se marchita con la oscuridad a media tarde.




En esta tierra toca asumir que las transiciones son para los débiles, y el espíritu castellano soporta estoicamente los extremos.
Que llegará, llegará, llegará la tormenta que anuncia el cielo, y después, nos espera la primavera surgiendo en algún resquicio, como dicen los sabios versos.


[c(-.-)b Sonando: Llegará, Amaral// Si fuera yo (seré), C. Chaouen// Esta noche, Dr. Deseo]

1 comentario:

  1. Caí entre la bruma de doce montañas
    Vagando por seis autopistas cortadas
    En medio de siete bosques callados
    Perdido en las costas de negros océanos
    Subí a diez mil millas hasta un camposanto

    Esta canción me produce sensaciones similares a The road


    Si fuera luz sólo daba en tu cara
    para que todos supieran mirar...


    Ponga olas de mar que acaricien la arena,
    suave brisa que calme el dolor.
    De esta noche, esta puta noche.
    Huela el sudor de tu cuerpo
    en las noche de magia,
    al aroma del sol tatuado en tu vientre,
    y me olvide de esta puta noche.
    Ponga olas de mar que acaricien la arena,
    suave brisa que calme el dolor
    de esta noche, esta Puta Noche.

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