martes, 19 de octubre de 2010

Déjame soñar


Dormir, dormir, dormir.
Soñar, soñar, soñar.





Déjame dormir como duermen los perros, soñando con flores oxidadas por el sol.

Con canciones de cuna y horizontes abiertos.
Con la luz de la luna implacable en el corazón.

Aquí no tendrás respuestas. Aquí no tendrás perdón. Terminarás por llevarlo a cuestas. Terminarás por llevarlo, amor.

Déjame sentir que soy parte del tiempo.
Qué dejaste a su suerte, olvidado en un rincón.
Qué de tanto perderse, se encontró en un desierto, sin palabras, ni manos, ni voces al rededor.

Aquí no tendrás respuestas. Aquí no tendrás perdón. Terminarás por llevarlo a cuestas. Terminarás por llevarlo, amor.

-La siesta de los perros, Fabián-

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