miércoles, 23 de febrero de 2011

Pensamiento y primavera


Un pensamiento y una primavera adornan mi habitación.
Ambos en macetitas de plástico con platos de colores.
El uno morado y blanco y la otra fucsia y amarilla.

Desde siempre crecí rodeada de tiestos y mamé el amor a las plantas. No es que tenga una mano especial para tratarlas, pero me atraen los hogares llenos de verde, vivos. Me gusta ver como evolucionan, florecen, se marchitan.

En esta ciudad en la que aún soy la extraña, quiero pensar que tengo dos seres vivos que dependen de mí.
Sé que es una idea absurda y estúpida, pues es obvio los vegetales no tienen un sistema nervioso que les permita sentir dolor o necesidad alguna; si les falta el agua, la luz o el sustrato, simplemente dejan de funcionar como si de máquinas se trataran.
Pero en cierto modo me hacen compañía, alegran mi espacio, le dan color y me atan de alguna manera a un lugar con el que aún tengo pocos lazos.


[d(*.*)b Sonando: In the heat of the night, Bryan Adams]

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