viernes, 3 de diciembre de 2010

Últimos

En apenas unos días me voy.
Dejo atrás cuatro años y medio de mi vida, posiblemente los más importantes de mi existencia.

No acabo aún, quedan exámenes y prácticas y pseudoproyectos y créditos, pero hoy tuve mi última clase.
Recuerdo la primera, la clase de bienvenida a los alumnos de primero a la que llegamos sin apenas dormir por culpa de las novatadas del día anterior, aquella noche de nervios en la que tuvimos que dejar la vergüenza en casa y fue el principio de todo.
Recuerdo aquella semana en que tomé contacto con la resi, los bares, el ambiente, la gente, la universidad...todo mezclado entre ilusión y expectación.
Recuerdo las primeras prácticas, cada una de las épocas de exámanes, cada una de las fiestas de la facultad.
Miro atrás y veo gente que vino, que se fue, que no valía la pena, veo a la gente que perdurará.
Paso por los tres sitios en los que me alojé (y hoy aún me alojo), pero que ya no volverán a ser mi casa. Porque dentro de un mes no tendré casa aquí.

Sin embargo, miro el calendario y me veo donde nunca creí que llegaría, vuelvo a un final agridulce, agobiante, con tantas cosas pendientes de hacer y con una única ocupación a tiempo completo.

No sé hacia donde voy, y tampoco tengo muy claro qué dejo atrás.
Sé que hay muchas cosas que le debo a esta ciudad, muchas cosas que nunca hice y que nunca le dije a Salamanca.
Sé que la buscaré en los mapas y en mi recuerdo, y que jamás la hallaré tan bella y tan real como la veo ahora, a través del cristal de la biblioteca mientras caen los copos de nieve en el ocaso de mi vida de estudiante.



Supongo que esta canción la inspiró una mujer, pero para mí hoy tiene todo el sentido dedicársela a una ciudad:


A medio pulmón (a Salamanca):

A medio pulmón, hay cosas que te debo
Alguna canción, un corte de pelo, un baño de espuma
y echarte más de menos.

Si vuelvo a nacer, te busco sin duda
Detrás de la luna, del amanecer dónde te desnudas
Donde tengo las de perder.
Me quedaron cien, cositas en el tintero
Sobraba papel, camita de versos, mirada de duda
Pronóstico de cáncer en el cenicero.

Y tú te diste cuenta sin mirar atrás
Que todos mis arterias precisan de aire
Que todas las neuronas que vienen del mar
Gustosamente me conceden su baile
Otra vez el significado ha sido equivocado.

Las cosas que nunca te dije

Son las camareras que aliñan la receta
de la madrugada
Que tu buscabas en mis bolsillos y no había nada
Por lo que enfermo y lo que curo
por lo fumo por lo que encarta
tienen la culpa que entre mi ropa
siempre haya bragas
Que siempre voy a ras de cielo
y me acuesto en el techo de la mañana
Que a fin de cuentas
son por las cosas porqué te fuiste
Por las cosas que nunca te dije.

A medio pulmón, hoy duermo en el suelo

La televisión un cuento de nada,
se me escapa el tiempo
yo sigo tejiendo mi tela de araña
Y ya no habrá más "donde estas que no te veo"
ni muertos de miedo
ni estatuas de sal, ni güisqui sin hielo
ni gotas de leche que lleguen al techo.

Tú querías oír cosas que nunca te dije

ni pienso decir están de otra forma en cada silencio
en cada muerte que sustento por ti.
Y tú te diste cuenta sin mirar atrás
Que todos mis arterias precisan de aire
Que todas las neuronas que vienen del mar
Gustosamente me conceden su baile
Otra vez el significado ha sido equivocado.

Las cosas que nunca te dije

Son las camareras que aliñan la receta
de la madrugada
Que tu buscabas en mis bolsillos y no había nada
Por lo que enfermo y lo que curo
por lo fumo por lo que encarta
tienen la culpa que entre mi ropa
siempre haya bragas
Que siempre voy a ras de cielo
y me acuesto en el techo de la mañana
Que a fin de cuentas
son por las cosas porqué te fuiste
Por las cosas que nunca te dije.

Carlos Chaouen

2 comentarios:

  1. Cariño, cuánta emoción. Salamanca siempre estará aquí y yo también, siempre tendrás un lugar aquí, auqnue no de la misma forma que lo has tenido estos últimos años. Siempre tendrás una "casita en mis costillas". Un beso grande.

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  2. Ay qué penica, que no queda nada... :(

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