lunes, 26 de septiembre de 2011

Ya no hay que huir ni correr.

Hasta hace poco, me fijaba metas para ir sobreviviendo.
Tenían que ser lo suficientemente cercanas para sentirlas reales pero debían estar también a una distancia prudente para tener la necesidad de coger impulso.
Con la excusa de los retos me olvidé (si es que llegué a saber alguna vez) de respirar.


Pero todo cambió.
Y para dejar de sobrevivir aprendí que debo permitirme ser feliz sin tener que preguntarme a santo de qué tanta dicha, si me merezco lo que tengo, cuánto durarán los tiempos de bonanza.
Disfrutar de cada segundo por el hecho de estar aquí y ahora.
Abrir los pulmones a cada soplo del aire que me insufla quien me ha hecho ver lo maravilloso de las horas muertas.

Y empezar a vivir.





And all I do is kiss you, through the bars of Orion,
Juliet I'd do the stars with you any time.

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