domingo, 19 de diciembre de 2010
Violín
La armonía que desprende este hombre es difícil de explicar para quien no lo haya disfrutado nunca paseando por Salamanca.
Su franca sonrisa, su humildad, su virtuosismo en cualquier rinconcito entre transeúntes, compradores agitados y turistas impasibles crean un contraste en el que él parece llegado de otro planeta, ajeno al ruido, con su precioso perro dormitando a sus pies.
Con sus manos enfundadas en guantes sin dedos, coge el violín con todo el cariño y desprende melodías que rasgan el alma a quien se para a escuchar.
Sonriendo, siempre sonriendo.
Hoy, dentro de las cosas que había de hacer antes de irme, le he echado una moneda en agradecimiento a tanta magia y la respuesta de su cara me ha iluminado la tarde.
Forma parte de la Plaza del Liceo, de la Calle Zamora y de Los Bandos.
Día tras día, bajo el sol de agosto o en tardes invernales como la de hoy, a varios grados bajo cero.
Embellece esta ciudad de una manera tan auténtica como la Catedral o las Conchas, pero mucho más humana.
Tantas vidas ha tocado, que 5.756 personas le admiramos en Fb.
Gracias a este movimiento, recientemente le han hecho un homenaje y tengo entendido que emitirán una entrevista próximamente.
http://www.facebook.com/?ref=home#!/pages/El-hombre-que-toca-el-violin-en-la-plaza-del-Liceo-Salamanca/259374073381
Gracias, Michael.
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También fue una de mis últimas paradas antes de irme de Salamanca =)
ResponderEliminarImpresionante