No me imagino mi vida sin ella.
No me acuerdo de cómo era sin él.
Treinta y cuatro.
Son números bonitos, redondos.
Mi confesora, mi amiga, una de las personas que mejor me conoce y más me apoya.
Mi pequeño, de los pocos que me alegra sólo con su presencia.
Aún estando lejos, hacen que siempre siga adelante.
Imprescindibles para mí.
Felicidades a los dos.
Felicidades
ResponderEliminarMuchísimas gracias, tata! Qué ilusión! Lo mismo podría yo decir de ti...
ResponderEliminarÁnimo con el blog, que está chulísimo!
Un besote fortísimo.